Benjamín Hernández Herrera es un poblano que siempre deseó haber nacido en Tlaxcala.
Ayer 31 de mayo, dejó de latir su corazón. Tenía 48 años.
La última vez que lo vi, fue una semana después de su cumpleaños para partir su pastel.
Me liga a él una amistad de mucho tiempo que se remonta a los primeros años de primaria, además de compartir mes de cumpleaños, ya que nuestros cumpleaños están separados únicamente por seis días.
En aquellos años le gustaba mucho el futbol y lo jugaba muy bien. En la primaria lo apodaban "PELÉ". Era peleonero. Le gustaban los madrazos hasta la universidad.
Se comía las uñas.
Le sudaban mucho las manos.
Tenía ojos muy muy chiquitos que cuando se reía, se hacían aún más pequeños.
Una ocasión en tercero de secundaria, en clase de español, se paró para contestar una pregunta de la Miss Mely y un compañero le dijo: "Benjamín, abre los ojos". A lo que él le contestó: "Rino, esconde la joroba". Quienes estuvieron presentes entenderán el chiste.
La vida separa momentáneamente a los amigos cuando llega el momento de decidir dónde estudiará cada quien. Por algunos años sólo me enteraba de él por los saludos que me enviaba con mi hermano cuando ellos se encontraban en el antro.
Siempre inquieto, la vida lo llevó por muchos lugares. Y entre Chiapas y Chihuahua conoció a Gladiola, su esposa. Me invitó a su boda a la cual no pude asistir por la lejanía en donde se llevó a cabo.
Hace muchos años le empecé a llevar la contabilidad y el crecimiento tanto de su negocio como del mío nos llevó a la necesidad de mudarnos de oficinas: pasamos de tener cada quien su negocio en su casa a rentar entre los dos una amplia casa para instalarnos ahí y compartir gastos.
Después de dos años, cada quien siguió con la expansión de su negocio por separado, pero la amistad seguía presente, como siempre.
Benja es quien diseñó el logo de AGNUS CONTADORES.
Benja siempre fue un emprendedor incomprendido.
Siempre se quejaba de que nadie lo entendíamos.
Siempre inquieto. Tenía muchas ideas. Su cabeza pensaba más rápido de lo que podía hablar y nunca te mantenía una conversación constante.
Le faltó tiempo para ejecutar todos sus planes.
Un gran amigo se ha ido muy temprano de esta fiesta que se llama VIDA.
Y aunque sabemos que siempre vas a estar con nosotros, vamos a extrañar tu plática interminable y las anécdotas que con tu buena memoria siempre recordabas.
Benja, siempre estarás con nosotros.
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