Gabriel Cordero Castillo
EL IMSS, TAN ENFERMO COMO SUS PACIENTES
“La enfermedad más grave es la indiferencia ante cualquier cosa”
El Instituto Mexicano del Seguro Social
(IMSS) es un enfermo grave, que se resiste a tomarse la medicina. Después de
doce años de gobiernos panistas, cualquier persona que entre a una clínica del
IMSS o a cualquier subdelegación, estará de acuerdo conmigo: el Seguro Social
se ha quedado estancado en viejos vicios, burocracia y viejas prácticas.
El otro día, Don Chonchete Billete, me avisó
que cambió de local una de sus empresas, ante lo cual le comenté que teníamos
que presentar los avisos correspondientes de cambio de domicilio ante el SAT,
Finanzas y el IMSS.
En el SAT, la historia de siempre: problemas
para conseguir la cita, ya que para “TRAMITES ENTE EL RFC”, hay pocas citas, a
pesar de que las oficinas del SAT estén semivacías, si no hay citas disponibles,
no hay poder humano para que lo atiendan a uno sin la respectiva cita. Una vez
que conseguimos cita, nos presentamos con los requisitos que se indican en el
“Catálogo de Trámites” en la misma página del SAT. Tardaron unos tres minutos
en llamar nuestro turno y pasamos al escritorio que nos indicó el tablero
electrónico. Nos atendieron muy bien, en unos módulos secretariales muy cómodos
en los cuales tanto el contribuyente como el empleado del SAT, están sentados;
y en unos cinco minutos, terminó de capturar la señorita que muy amablemente
nos atendió y a quien Don Chonchete no quitaba los ojos y lanzaba piropos como
es su acostumbrado estilo. Coqueto hasta la muerte, el viejo. Una vez concluida
la captura, nos indicaron que esperáramos a que escanearan los documentos
originales y todo estuvo listo en aproximadamente quince minutos.
El trámite ante la Secretaría de Finanzas, lo
pudimos realizar nosotros (como contadores de Don Chonchete), en nuestro
carácter de terceros autorizados, una vez que Don Chonchete Billete nos firmó
la carta poder que nos solicita la dependencia estatal, junto con los demás
requisitos. Don Chonchete, no tuvo que acudir a Finanzas para nada.
El problema estuvo… bueno, está (por que
todavía no concluye ese trámite) en el cambio de domicilio ante el IMSS.
Llegamos a la Subdelegación Sur de Puebla, una oficina abarrotada de gente, ya
que el Seguro Social dista mucho de la modernización vía internet que podría
presumir el SAT. Solicitamos turno para cambio de domicilio de un patrón, nos
mandaron a la ventanilla nueve, previa espera de que el tablero electrónico
llame el turno correspondiente. No hay donde sentarse. Todas las sillas están
ocupadas. Ah… las sillas.
Permítanme hacer un breve paréntesis: hace
meses acudí a mi cita de rutina a la clínica 1 del IMSS aquí en Puebla. Me
registré con la asistente de mi médico familiar y me informa que espere. Donde sentarse: dos sillas rotas de las cuales doy constancia
aquí.
La misma fotografía que les estoy mostrando,
se la envié al delegado del IMSS, Francisco Fraile, vía twitter ( @paco_fraile )
con copia a varios medios de comunicación (18 de septiembre de 2012),
preguntando cómo está la silla del Delegado; ya que esa no es la calidad de
sillas que nos merecemos los derechohabientes. El delegado nunca me contestó
ese tweet.
Pero el jueves 27 de septiembre, el político
panista escribió en ese mismo medio: “Tengan
un jueves bien y de buenas. Aprovecho para agradecer sus comentarios y ponerme
sus órdenes por este medio #Puebla” a
lo que aproveché y le contesté: “Gracias,
delegado @paco_fraile para preguntarle si tuvo oportunidad d
ver foto q le envié de las sillas de la Clínica 1 pic.twitter.com/YATU5Wut”.
Sorprendentemente en esta ocasión sí me contestó. Esta es su respuesta: “si las vi , conozco la situación de cada
unidad médica , estoy buscando una solución . El sistema de compras nos para”
. Y ante semejante respuesta, le volví a preguntar: “¿Y desde cuando detectaron el problema n el sist d compras? @tu_imss es 1 institución q ha resistido el #Cambio estos 12 años”. Y
ante esta pregunta, un mes después, no he tenido respuesta. En fin. Ya me estoy
saliendo del tema. Me extendí con mi paréntesis.
Estábamos con que no había sillas disponibles
en la Subdelegación Sur de Puebla para que Don Chonchete y yo nos sentáramos. Y
a pesar de que en la famosa ventanilla nueve no estaban atendiendo a nadie, no
nos llamaban. Don Chonchete se desesperaba. Me acerqué a la ventanilla y el
jovenazo que atendía alzó la vista, me vió, lo saludé amablemente con un tímido
“buenos días” a lo que él solamente hizo una mueca, vió su pantalla, tecleó
algo y apareció nuestro turno en la pantalla. Pasamos a que nos atendieran… de
pié. El trámite tardó unos catorce minutos y la respuesta al mismo fue: “Ya
quedó. Tienen que regresar en una semana para recoger la tarjeta patronal. Tiene
que venir el señor para que firme.”
No les cuento “el gusto” que le dio a Don
Chonchete el saber que tenía que regresar a semejantes oficinas la siguiente
semana. Sin embargo, puntuales, a los siete días, ahí estábamos para recoger la
tarjeta patronal. Y cual va siendo nuestra sorpresa que el encargado de la
ventanilla nueve, otra persona diferente a quien nos atendió la semana
anterior, nos informa: “…tuvimos problemas con el sistema y no quedó capturado
el movimiento. Pero para que no anden dando vueltas, marquen al 230-1801
extensión 1075 para que les dígamos si ya quedó capturado.” Don Chonchete se
puso de mil colores del coraje de haber perdido valiosísimos minutos de su
tiempo en acudir a esta oficina, la subdelegación sur de Puebla, solo para
recoger un papelito llamado “TARJETA PATRONAL” y que no estuviera.
Estamos por concluir el segundo sexenio de
gobiernos federales panistas. El primero de ellos, se autodenominó “EL GOBIERNO
DEL CAMBIO”, pero el IMSS se resistió al cambio y prácticamente sigue igual. Si
bien han implementado sistemas de cómputo tanto en las subdelegaciones como en
las clínicas y hospitales, no ha sido suficiente. Es constante que cuando uno
acude a su clínica familiar a “sacar una cita”, la asistente nos informa: “no
hay sistema”. Y como la anécdota que les acabo de contar, no falta el
tortuguismo en las subdelegaciones para realizar un simple cambio de domicilio
o para la consulta de algún adeudo.
¿Por qué el SAT sí puede implementar un
sistema en donde en 10 minutos quedé afectado en el mismo, un cambio de
domicilio y le entreguen al contribuyente su nueva Cédula de Identificación Fiscal
y su cambio de domicilio y el IMSS tenga que tardarse más de una semana en
hacerlo? Si vamos más allá de esto: ¿Por qué no puede implementar el GOBIERNO
FEDERAL en su conjunto un sistema en el cual el contribuyente acuda a una sola
oficina (o lo haga por internet) y quede listo su cambio de domicilio PARA
TODAS LAS DEPENDENCIAS FEDERALES, ESTATALES Y MUNICIPALES?
¿Por qué el SAT puede implementar un sistema
en el cual el contribuyente pueda ver –aunque de manera deficiente- las
declaraciones que debe y el IMSS no tiene un sistema amigable, sencillo y
expedito para que el contribuyente en cualquier momento sepa qué cuotas debe?
El SAT ha comprendido muy bien que el tiempo
del contribuyente es muy valioso y el IMSS no. Cuando salimos del SAT, Don
Chonchete Billete, me dijo sorprendido: “Yo pensé que nos íbamos a tardar como
dos horas ahí adentro”.
A quienes tienen el poder de HACER ALGO,
HAGANLO PORFAVOR. Se los pedimos desesperadamente y se los exigimos como
mandantes que pagan su salario. No es posible que una institución tan noble y
que da servicio a millones de derechohabientes diariamente, se resista por más
tiempo al cambio. No es posible. Debemos hacer algo: los de este lado del
mostrador, exigir a los del otro lado del mostrador que cambien y que mejoren.
Sí se puede. El SAT es un ejemplo imperfecto de que sí se puede.
Gabriel Cordero Castillo
es Contador Público por la UPAEP, con especialidad en fiscal y Maestría en
Contribuciones por la BUAP.
Socio fundador de AGNUS
Contadores.
Para cualquier comentario
acerca de este artículo: twitter@AGNUSCONTADORES
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